Subo al combi, durante el trayecto puedo ver las caras de todas las personas que ahí van conmigo, todos llevan la mirada perdida, como buscando algo en el horizonte a través de una sucia ventana entre abierta.
Cada vez que por alguna casualidad cruzo miradas con algun pasajero, me esquiva rápidamente, como si fuera pecado sostenerle la mirada a un extraño con el que comparte la combi.
Todos parecen zombies pensando en lo mierda que es la vida, pensando en porque viajan en esa combi y no en un lujoso auto repleto de comodidades, sexo y alcohol; pensando en un lugar donde no existan diferencias, pensando en un lugar donde no exista el dolor.
1 comentario:
intersante lo de la combi a mi pasa casi lo mismo jajaja
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